PLATAFORMA
POLÍTICO
EDUCATIVA
MUSICAL
ECOLOGÍA
DE SABERES
UPE (pdf)
PLATAFORMA PEM (PDF)
ECOLOGÍA DE SABERES (PDF)
OBJETIVOS
PRESENTACIÓN
Te presentamos la Ecología de saberes, una propuesta educativa para el abordaje de la música desde diferentes perspectivas, disciplinas y campos del conocimiento. La Ecología de saberes es una cartografía de contenidos, un mapa de experiencias y saberes para orientar procesos educativos que potencien a los ecosistemas musicales locales.
La Ecología de saberes es un dispositivo que integra la Plataforma político educativa (PPE) propuesta por la fundación y, a su vez, el programa de contenidos que define el perfil educativo y la perspectiva política de nuestra escuela: OBVIA Escuela de Pensamiento y Gestión musical.
INFORMACIÓN
ECOLOGÍA DE SABERES
VACIO
PRESENTACIÓN
La Ecología de saberes es una cartografía de contenidos para el abordaje de la música desde diferentes perspectivas, disciplinas y campos del conocimiento. Conformada por experiencias, saberes y procesos que circulan entre las personas, la Ecología de saberes es un programa para la producción de conocimientos que propicie la emancipación, potencia y transformación de los ecosistemas musicales locales. En este sentido, este dispositivo es la propuesta educativa y política que define el perfil de nuestra escuela: OBVIA Escuela de Pensamiento y Gestión musical.
PERFIL EDUCATIVO Y POLÍTICO
Creemos que la política y la educación son una unidad de sentido; creemos que el sentido debe disputarse desde una perspectiva político-educativa. Creemos que el saber-hacer es político. Creemos que es política toda educación para la emancipación, potencia y transformación de las capacidades singulares y colectivas de las personas. Organizamos una cartografía de contenidos porque creemos que el saber es un territorio que se construye.
CARTOGRAFÍA DE CONTENIDOS
La Ecología de saberes es una cartografía de contenidos teóricos, técnicos y prácticos para producir conocimientos en beneficio de los ecosistemas musicales locales. Los contenidos propuestos se organizan en 20 rizomas que abordan la música desde una perspectiva, disciplina o campo del conocimiento y componen una unidad de sentido. Cada uno de los rizomas está integrado, a su vez, por 20 nichos que articulan información, experiencias y saberes y componen una unidad pedagógica para pensar y gestionar la música.
RIZOMAS, NICHOS Y NODOS
La Ecología de saberes es una cartografía organizada en 20 rizomas. Cada rizoma es, en sí mismo, un programa o unidad temática que aborda la música desde una perspectiva, disciplina y campo de conocimiento. Así mismo, cada rizoma se compone de 20 nichos -ejes temáticos- para pensar y gestionar la música desde un saber-hacer particular. Cada uno de los nichos está compuesto por nodos, segmentaciones de información y saberes que propician la producción de un conocimiento nodal.
Los nodos facilitan la conexión heterogénea, múltiple y simultánea entre los nichos, y estos facilitan la vinculación recíproca entre los rizomas, haciendo de la Ecología de saberes un organismo vivo.
Ejemplo:
Rizoma: (Música, pensamientos y perspectivas)
Nicho: (Historias y prospectivas)
Nodo: (“Pensar la historia de la música independiente”)
OBJETIVOS
La Ecología de saberes, en tanto una propuesta educativa y política, tiene 10 objetivos que se conjugan con el permanente dinamismo de la vida musical y con la producción de nuevos conocimientos.
1.- Poner a disposición de la ciudadanía una propuesta político-educativa que fomente la pluriversalidad, la perspectiva de género, la diversidad generacional y la pluralidad estética; que priorice la educación como utopía para la deconstrucción de la normalidad; que asuma la divulgación para la producción de conocimientos que propicien la emancipación, potencia y transformación; que defina su práctica pedagógica como un hecho político; que se ordene en el ecosistema musical como principio; y, sobre todo, que sea capaz de contener las disímiles realidades de las personas trabajadoras de la música y de la ciudadanía en general.
2.- Contribuir a la emancipación, potencia y transformación de los ecosistemas musicales reconociendo su soberanía, su identidad y patrimonio, y su impacto como pilar del desarrollo sostenible de la comunidad.
3.- Producir conocimientos que propicien la gobernanza de la vida musical a partir de la participación ciudadana, la construcción de comunidad y la organización de los ecosistemas musicales como hábitat de lo común.
4.- Propiciar la divulgación de información, experiencias, saberes y procesos como mecanismo de participación ciudadana para la gobernanza de la vida musical y la potencia de los procesos creativos y artísticos de cada una de las expresiones musicales que habitan los ecosistemas musicales.
5.- Diseñar e implementar la ecología de experiencias y saberes para la producción de conocimientos soberanos que circulen hacia el interior de las comunidades musicales, se multipliquen y se expandan configurando nuevas condiciones para los ecosistemas musicales.
6.- Construir sentido y símbolos arraigados en la identidad local, regional, provincial y nacional que propicien la participación de las personas trabajadoras de la música y de la ciudadanía como agentes comprometidos con su tiempo en la transformación sociomusical.
7.- Extender los límites y ampliar el alcance de la música como precepto a fin de consolidar ámbitos para la formación de públicos y construcción de audiencias asumiendo su valía en el desarrollo, a largo plazo, de la vida musical.
8.- Construir y consolidar una red de educación para la música y la ciudadanía a partir de la ecología de experiencias y saberes que facilite la articulación permanente entre las instituciones que integran la comunidad educativa.
9.- Articular con las comunidades organizadas a través de la ecología de saberes como propuesta educativa y política a fin de unificar y desatomizar la gobernanza de la vida musical.
10.- Constituirse en un dispositivo accesible para su implementación junto a otras organizaciones, instituciones públicas y privadas, gubernamentales y no gubernamentales, municipales, provinciales, nacionales e internacionales.
PROCESOS POLÍTICOS Y EDUCATIVOS
La Ecología de saberes es una propuesta para garantizar el desarrollo de procesos políticos y educativos en las personas. En este sentido, entendemos por proceso político y educativo al conjunto de instancias emancipatorias por las que se potencia para su transformación.
RIZOMAS
DE LA ECOLOGÍA
DE SABERES
VACIO
MÚSICA, PENSAMIENTOS Y PERSPECTIVAS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las humanidades y las ciencias sociales como la filosofía, la sociología, la antropología y las diferentes perspectivas que contribuyen a la producción de un pensamiento para la vida musical de la ciudadanía.
La música es, en toda su dimensión, una forma de pensarnos parte del mundo. Pensarnos es un ejercicio que está presente en el acontecimiento musical mismo, en las preguntas fundamentales que lo rodean, en los interrogantes sobre su naturaleza, sobre nuestra experiencia con ella, sobre su percepción simbólica, material, moral, estética y su abordaje desde la creatividad, la educación, la política, el consumo, entre otras perspectivas. Por ello, para trabajar en la potencia de los ecosistemas musicales locales, la tarea de la educación es la producción de un conocimiento para recuperar el vínculo entre el pensar, el saber y el hacer, entre la reflexión y la materialización musical, para fomentar el pensamiento crítico y emancipador, para recuperar el erotismo por el saber, construir ciudadanía y repolitizar las condiciones de posibilidad de la vida musical de la comunidad.
MÚSICA, HISTORIAS Y PROSPECTIVAS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde la historia y la prospectiva como formas de leer el presente hacia un futuro posible y producir una revisión del pensamiento para la vida musical de la ciudadanía.
La música es una perspectiva y una prospectiva, un elemento para leer, revisar y narrar la historia singular y colectiva, un bien cultural para proyectar el futuro releyendo el pasado e interpelando el presente. La historia y la prospectiva para resignificar nuestra música a partir de las experiencias y los procesos propios, para repensarnos en el presente, en el pasado y un utópico futuro. En este sentido, la educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe bregar por una historia que no nos sea arrebatada y por un futuro que nos incluya. Para ello es necesario reivindicar la historia de las personas y comunidades excluidas, olvidadas, derrotadas y desterradas, valorizar la vida de quienes convergen en la comunidad musical próxima, de quienes conviven a la sombra de los logros del progreso masivo, de la ilustración académica y de la industria cultural; rescatar y destacar sus procesos creativos, artísticos y productivos como medios para la prospectiva de la vida musical de la comunidad.
MÚSICA, CULTURAS Y COMUNIDADES
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las culturas, los saberes originarios, tradicionales, populares, comunitarios y las diferentes perspectivas que aportan las comunidades para producir un pensamiento multidiverso sobre la vida musical de la ciudadanía.
Los procesos musicales son formas culturales, formas comunitarias, lugares de encuentro, significados colectivos, tejidos sociales y mecanismos de resiliencia. La música hace posible que las personas y los grupos humanos exploren su propia historia y sus relatos de identificación, favorece la diversidad de sentidos y significados, y amplía las libertades. Son un desafío permanente los derechos de las personas a determinar libremente su identidad, desarrollar y ejercer sus capacidades creativas, reconocerse en las expresiones musicales ajenas y ser reconocidas en las propias, ser parte de las decisiones relativas a la vida musical de los territorios que se habitan. Por ello, la educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe reconocer a la población y a sus comunidades diversas como la principal fuente hacedora de la vida cultural; reconocer en las culturas un saber-hacer soberano y singular; dar lugar a la libertad de elección de cada persona, valorizar cada expresión musical como condición necesaria para el ejercicio y el reconocimiento del derecho a la diferencia.
MÚSICA, EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las ciencias de la educación, la pedagogía, los mecanismos de producción de conocimiento, el acceso democrático a la información, y el saber como medio de construcción y participación ciudadana para producir un pensamiento sobre la vida musical a partir de la enseñanza y el aprendizaje.
La educación es un dispositivo político a través del cual se orientan los contenidos, los saberes, los marcos metodológicos, didácticos y pedagógicos que inciden en la subjetividad de las personas y, por lo tanto, de la ciudadanía. En este sentido, la música, la educación y la ciudadanía son componentes que deben aunarse en una nueva pedagogía que tienda a construir procesos de aprendizaje que aproxime a las personas a la vida musical local y favorezcan el pensamiento crítico, la producción de conocimiento y la participación ciudadana en la gobernanza de la cultura. Esta nueva persepctiva supone la resignificación y repolitización de las matrices educativas para responder a las necesidades de las personas estudiantes, docentes, divulgadoras y trabajadoras en la sociedad del siglo XXI. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe conjugar a la sociedad con la vida musical de su tiempo y alertar sobre la alienación que generan las industrias culturales; ampliar sus alcances para incluir a todas las personas del campo sociomusical sin distinción (estudiantes, docentes, trabajadoras, ciudadanas); gestionar la producción de contenidos locales y la creación de una pedagogía que garantice el acceso a un aprendizaje cultural, histórico, social y político; la formación de ciudadanía y el fomento de las prácticas de participación cultural; la habitabilidad de las escuelas como espacios políticos insertos en un contexto sociomusical que abra el aula a otras expectativas y se piense como un territorio político en el que se disputa el saber-hacer.
MÚSICA, MEDIOAMBIENTE Y SUSTENTABILIDAD
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las ciencias ambientales, la ambientología, la sustentabilidad, los saberes relacionales entre el ser humano y la naturaleza, las áreas de estudio multidisciplinario, el estudio de los problemas ambientales y la propuesta de los modelos para el desarrollo sostenible de la vida musical.
En la actualidad, las nuevas generaciones han incorporado una reflexión explícita sobre el cuidado del medioambiente entendiendo el bienestar ecológico como una práctica cultural de la comunidad en la que la música y la educación deben colaborar. El contexto medioambiental del planeta nos interpela y obliga a la educación a tomar conciencia de su rol en la construcción de la conciencia sustentable. La creciente tensión entre el paradigma económico y la sustentabilidad medioambiental no exime, a la actividad musical, de pensarse parte de esta problemática contemporánea y de sus posibles alternativas. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe introducir en las diferentes dimensiones creativas y artísticas, gestivas y productivas, la sensibilización por el medioambiente y la concientización del impacto que sobre él genera la vida musical. En este sentido, la música y su capacidad transformadora, es una herramienta pedagógica indispensable para producir conciencia, empatía y responsabilidad por la sustentabilidad de los entornos en los que habitamos, para postular un saber-hacer que incluya el cuidado del medioambiente y de la naturaleza, el respeto hacia las otras personas, y la colaboración con la sustentabilidad y desarrollo sostenible de las ciudades.
MÚSICA, INCLUSIÓN Y ACCESIBILIDAD
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las perspectivas de la inclusión, los saberes y los valores de la colaboración y la solidaridad, el acceso a la igualdad de oportunidades y condiciones, la accesibilidad, la discapacidad, y la educación para la diferencia que propicie la equidad en la vida musical.
La inclusión y la accesibilidad parecen disciplinas cuyo quehacer y responsabilidad está en manos sólo de campos específicos o acciones particulares. Sin embargo, estas perspectivas son proximidades necesarias que la educación sociomusical necesita recuperar en su carácter de labor sensible, justa y hospitalaria. La inclusión y la accesibilidad, en todas sus dimensiones, son condición necesaria para una vida musical plena, la cual se ve incompleta si no tiene la voluntad de ser una posibilidad para todas las personas. Pensar una vida musical inclusiva y accesible es pensar en la transformación de sus entornos y espacios, prácticas y procesos, objetos e instrumentos, herramientas y dispositivos, que los torne comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad, comodidad y de la forma más autónoma y natural posible. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe trabajar en la accesibilidad e inclusión, dotar al acontecimiento musical de una cualidad de fácil acceso para que cualquier persona pueda llegar a él en tanto lugar, objeto, servicio o percepción. Pensar la educación como medio y forma para que todas las personas accedan y sean incluidas en la vida musical de una comunidad diversa.
MÚSICA, GÉNEROS Y DIVERSIDADES
Este rizoma propone el abordaje de la música desde la transversalización de la perspectiva de géneros y diversidades, la observación, estudio y transformación de las diferencias culturales, económicas y políticas, la visibilización de las desigualdades estructurales que afectan históricamente a mujeres y LGBTI+, y el acceso y ejercicio pleno de los derechos que transforme la vida musical de la ciudadanía.
En la actualidad, asistimos a un cambio de paradigma sociocultural en el que revoluciones globales y pluriversales están en proceso, un momento en el que la diversidad insurge y disputa el control de lo universalizante, lo normativo y lo binario. La incorporación de la perspectiva de géneros y diversidades en las diferentes disciplinas y campos del conocimiento es un hecho y un avance en materia de derecho en nuestra sociedad. En este sentido, la actividad musical, históricamente dominada por el academicismo y la industria, es un territorio a repolitizar y resignificar para asumir la igualdad como un elemento fundamental del saber-hacer. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe responsabilizarse por la transformación las asimetrías culturales, económicas y políticas, generar contenidos y espacios que acorten cada vez más las brechas de la desigualdad, garantizar la participación integral y equitativa, y en el acceso a saberes y la producción de conocimientos atravesados, desde su génesis, por la diferencia, la diversidad y la pluralidad.
MÚSICA, CUERPOS Y ESCENARIOS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde el cuerpo, sus experiencias, saberes, memorias y percepción, su bienestar físico, emocional y afectivo, los procesos performáticos, la actuación y la danza, las artes escénicas, y los diferentes escenarios materiales y simbólicos que habitan y transitan los cuerpos, y la corporalidad como medio para ser-estar en la vida musical.
La música siempre se da en el cuerpo, en el nuestro y en el de otra persona. Es un fenómeno complejo en el que se conectan la creatividad, la cultura, la naturaleza, los entornos y la sociedad. Las relaciones entre el saber-hacer y el cuerpo son una unidad de sentido de interés creciente que, además, incluye la idea de escenario como el espacio material y simbólico a través del cual las personas habitan y son habitadas, atraviesan o son atravesadas por el acontecimiento artístico. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe priorizar el cuerpo y los escenarios en los que este se desenvuelve, pensar el cuerpo como metáfora de la creación, la corporalidad, el gesto y la emoción, como emisión y recepción, como lenguaje para la construcción del acontecimiento musical, como tiempo y espacio a través del cual se habita diversos escenario, circunstancias y contextos en relación con las personas, la naturaleza y otras fuerzas vivas.
MÚSICA, PARTICIPACIÓN Y GOBERNANZA
Este rizoma propone el abordaje de la música desde el civismo, la participación ciudadana, democrática y política, la organización y la institucionalización, el derecho político y sus diferentes campos de conocimiento, las ciencias jurídicas y políticas, los marcos normativos y los procesos legislativos, y la construcción de conciencia política para la participación en la gobernanza de la vida musical ciudadana.
La participación ciudadana y la gobernanza son condiciones de posibilidad a reconstruir en un siglo dominado por la despolitización. Pensar la política pública como el resultado de una gobernanza ciudadana, de una participación habitada por lo común, de una comunidad organizada, es un aprendizaje a recuperar para consolidar las prácticas democráticas y la convivencia en la diferencia. Pensar la gobernanza como dimensión de carácter público, se funda en el derecho a participar de la vida política en cualquiera de sus expresiones, formas y mecanismos de organización. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe asumir su rol político; concientizar sobre el estado de derecho, la democracia y la participación singular y colectiva; fomentar la participación ciudadana, la práctica democrática y la organización de la comunidad; incluir en su perfil educativo la formación cívica, ciudadana y política; y facilitar instancias de producción de conocimiento que crucen los saberes propios de las ciencias políticas con los saberes propios de las prácticas artísticas; y contribuir en la configuración de una vida democrática para la ciudadanía.
MÚSICA, DERECHOS Y SOBERANÍA
Este rizoma propone el abordaje de la música desde los derechos humanos, personales y colectivos, la justicia, la libertad y la soberanía, las ciencias del derecho, las ciencias jurídicas, los códigos y marcos normativos internacionales, nacionales, provinciales y locales que dan ordenamiento a la vida musical de la ciudadanía.
El derecho es una disciplina amplia que incluye aspectos como la vida, la condición humana, la identidad y la libertad, la dignidad y la igualdad, el acceso a oportunidades, el trabajo, la libre expresión, el acceso a la información, entre otros. Así mismo, incluye aquellos derechos negados e invisibilizados que movilizan la disputa por conquistar y transformar las condiciones vigentes de la realidad. En este sentido, la música es, en primer término, un derecho humano de todas las personas; en segundo, un acto soberano de la creación y recepción artística; y en tercer término, un objeto de derecho atravesado por innumerables perspectivas jurídicas desde las cuales pensarlo. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe reconocerse como objeto a disposición de los derecho de los sujetos; concientizar sobre los derechos individuales y colectivos para su ejercicio y protección; fomentar la soberanía creativa, artística, política y jurídica sobre los actos musicales; divulgar los marcos legales y jurídicos que hacen a las prácticas creativas, artísticas y productivas en el campo sociomusical; y operar en la construcción de conciencia sobre la importancia de la justicia, el derecho y la soberanía en el acontecimiento musical.
MÚSICA, ARTES Y CREATIVIDADES
Este rizoma propone el abordaje de la música desde la perspectiva de las artes y sus campos de conocimiento, las experiencias, saberes y prácticas de la creatividad como proceso artístico, los lenguajes creativos y artísticos vinculados con otras disciplinas, y el deseo, la necesidad y la pulsión creadora como elemento indispensable de la vida musical de la ciudadanía.
La creatividad es una condición natural de las personas, un derecho, un proceso dinámico, una fuerza viva y cambiante sin distinciones. En tiempo de materialismo extremo, consumo y productos enlatados con los que la estética dominante y la hegemonía ejercida por las industrias culturales aliena la soberanía creativa, resulta necesario pensar y repolitizar el arte como un acto de resistencia frente al poder mayúsculo. En este marco, una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe fomentar la soberanía creativa y la libertad artística como instrumentos para emancipar y transgredir los límites impuestos, para construir ciudadanía y dar lugar a la identidad cultural local; poner la creatividad al servicio de una música que sea valorada por las ideas que encarna y las actitudes que provoca; desmercantilizar el proceso creativo para una producción artística que no sea abatida por las lógicas del mercado.
MÚSICA, SONIDOS Y FONOGRAMÁTICA
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las ciencias de la acústica, el audio y el sonido, la fonogramática como el lenguaje de la música grabada, los saberes del arte de grabar, mezclar y masterizar, los conocimientos de la producción artística, musical y fonográfica, las experiencias de la recepción musical, y el fonograma como bien cultural que atraviesa la vida musical de la ciudadanía.
La música grabada es un arte que incluye procesos, saberes y experiencias; un camino creativo cuyo resultado construye la identidad sonora y artística de una comunidad. En la actualidad, el audio, el sonido y la producción fonográfica son lenguajes utilizados por las industrias culturales para construir sentido, instituir lo bello, segmentar las condiciones de posibilidad a través de estéticas dominantes y configurar la lógica de mercado. En este sentido, una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales es crear las condiciones para el acceso a la producción de conocimientos en el campo del audio, el sonido y la producción fonográfica desde una perspectiva más allá del producto y del consumo, con valor de patrimonio inmaterial, diverso, heterogéneo y pluriversal; un acceso a estos lenguajes que propicie la participación activa en el campo de la producción de música grabada que le permita a las personas crear y recrear las expresiones musicales con las cuales se reconoce libremente; abordar estas prácticas para potenciar la diversidad musical en tanto integración de la multicultura (personas con relatos musicales diversos que viven en un mismo territorio) e intercultura (prácticas culturales que crea vínculos entre las personas); y pensar la música grabada como una expresión material y simbólica de la vida musical de la ciudadanía.
MÚSICA, IMÁGENES Y DISEÑOS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde el lenguaje visual, las imágenes, su percepción e interpretación, los campos del conocimiento vinculados con las artes visuales, el diseño gráfico, el branding, la fotografía, la indumentaria, la escenografía y la producción audiovisual; sus saberes técnicos, teóricos y prácticos, y el abordaje de la imagen como mediación preceptiva de la vida musical.
Un acontecimiento musical es incompleto sin las imágenes (visuales, mentales o imaginarias) que lo hacen posible en otras personas. La relación entre lo sonoro y lo visual es perceptivamente intensa, multidireccional y está mediada por diferentes disciplinas y campos del conocimiento. En un mundo de hiperestímulos, de pantallas, de mediación publicitaria, de contaminación visual, el diseño de aquello que se nos presenta a los ojos como complemento o recepción del acontecimiento musical implica pensar su valor, su significado y su sentido. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales debe incorporar a su saber-hacer la gramática visual, el vínculo entre la música y la imágen, el diseño, la fotografía, la realización audiovisual y todos aquellos lenguajes visuales que contribuyen a la construcción de sentido, identidad y representación; fomentar el cruce creativo y artístico, técnico y teórico, para agregar valor a las diferentes propuestas estéticas que se desarrollan en el ecosistema musical.
MÚSICA, ERA DIGITAL Y NUEVOS MEDIOS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde la ciencia digital, los saberes, y conocimientos que produce la digitalidad, las tecnologías y las transformaciones socioculturales que provoca; internet, sus dispositivos, usos y prácticas como mediación entre la música y la ciudadanía.
La era digital implica una transformación permanente en los mecanismos de producción y en las prácticas de recepción cultural. Estos mecanismos y prácticas están sujetas a las tecnologías de la información y la comunicación, a los medios y plataformas digitales, y a internet y la multiplicación de la vida virtual. En este sentido, la era digital y sus nuevos medios produce conocimientos, modifica prácticas sociomusicales, representa una aparente igualdad de oportunidades, democratiza los medios de producción pero universaliza el acceso a los bienes musicales, establece nuevas lógicas de mercado y construye sentido. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales locales implica una adecuación a estos paradigmas de mediación digital, la creación de una pedagogía que contribuya a la digitalización de las enseñanzas y aprendizajes; la producción de saberes, prácticas y usos digitales que provean de herramientas reales y actuales a la actividad musical; el acceso equitativo y transparente a las innovaciones, tendencias y protocolos que las plataformas digitales inducen en el saber-hacer musical de las personas; y, sobre todo, una resignificación de las prácticas digitales y virtuales para la emancipación de la vida musical de la ciudadanía.
MÚSICA, CIENCIAS Y TECNOLOGÍAS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las diferentes perspectivas de la ciencia, la investigación, los saberes y conocimientos teóricos y técnicos que implican el uso de tecnologías, equipamientos y maquinarias, y el quehacer científico-tecnológico y sus aplicaciones en la vida musical de la ciudadanía.
La relación entre la ciencia, la tecnología y la cultura provoca un estímulo incesante en el escenario creativo, artístico y productivo que debe pensarse con base en el campo social del que somos parte. El avance científico y tecnológico incide en la transformación de las prácticas culturales, sus técnicas, recursos, equipamientos y maquinarias; facilita procesos, propone soluciones o amplifica problemáticas que tienen una profunda incidencia en la ciudadanía y, por lo tanto, en el saber-hacer de la vida musical. La ciencia y la tecnología no son en sí mismas innovaciones de carácter positivo o negativo, son, en todo caso, una dimensión amplia que debe ser abordada desde muchas perspectivas y en relación permanente con los contextos reales en los que se aplican. En este sentido, una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe incorporar en su pedagogía la perspectiva científica y tecnológica como una forma de pensar el saber-hacer musical, incorporar los saberes técnicos y científico-tecnológicos en los procesos creativos y artísticos; propiciar la producción de conocimiento sobre el uso criterioso de técnicas, equipamientos y maquinarias que reduzcan la distancia entre la actividad musical tradicional y las ciencias tecnológicas actuales; y aproximar a la ciudadanía a las diferentes experiencias científicas y tecnológicas a través de la música.
MÚSICA, ECONOMÍAS Y TRABAJOS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las ciencias económicas, las diferentes perspectivas y formas económicas, la actividad comercial, mercantil y financiera, los saberes y conocimientos propios de la producción, el valor, los bienes y servicios; el trabajo y sus diferentes expresiones, formas y organizaciones, y la economía política como sistema de producción de subjetividad en la vida musical de la ciudadanía.
La economía es un sistema de actividades relacionadas a la producción, distribución y consumo de bienes y servicios que incide directamente en el quehacer cultural. Así mismo, la economía produce subjetividad a través de sus formas y prácticas. En la actualidad, la cultura disputa su inclusión en la economía como trabajo y sector productivo que aporta valor e ingresos al PBI local, regional y nacional. En este sentido, la relación entre la música, el trabajo y la economía es quizás una de las dimensiones a disputar desde el saber-hacer. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe pensarse parte de un desarrollo económico centrado en las personas trabajadoras y en los ecosistemas musicales locales; educar en la constante relación con la sociedad y la articulación recíproca entre las acciones de la economía pública, de la economía del mercado y de la economía de las comunidades que lo integran; en el acceso a la información y el conocimiento sobre los modelos económicos y los modelos del trabajo, en la relación entre creatividad, arte, trabajo, empleo y economía como conocimientos y competencias, y en la configuración de una pedagogía centrada en las personas trabajadoras de la música como protagonistas de la generación de recursos que dinamiza la economía de las ciudades.
MÚSICA, INDUSTRIAS Y MERCADOS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde la perspectiva industrial, los procesos productivos industrializados, los saberes y conocimientos en torno a las industrias culturales, la perspectiva privada y empresarial, la producción industrial y la comercialización, los mercados y sus dinamismos, y la incidencia de las industrias culturales sobre la vida musical de la ciudadanía.
La industria cultural es una de las actividades económicas más importantes del mundo. Desarrollada por capitales extranjeros a través de holdings y empresas, la industria invierte en la producción de música para el consumo masivo y la explotación de la propiedad intelectual. Esta actividad productiva global convive con los territorios musicales locales a través del mercado, la distribución y circulación de saberes y conocimientos devenidos en prácticas. La industria produce un saber-hacer a través de dispositivos como los medios de comunicación, la producción de estéticas, la gestión de nuevas tendencias y formatos de consumo, el marketing, la tecnología, entre otras. En este sentido, una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe abordar el vínculo de las personas trabajadoras de la música con la industria musical resignificando el perfil de sus contenidos y repolitizando su rol; pensarse como alternativa a la educabilidad profesionalizante y a la pedagogía del mainstream; y abordar una amplitud de saberes que le permitan a la ciudadanía deconstruir el imaginario de la industria de la música para potenciar la vida de los ecosistemas locales.
MÚSICA, ACONTECIMIENTOS Y ESPECTÁCULOS
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las ciencias del espectáculo, los saberes y conocimientos teóricos, prácticos y técnicos en relación a la gestión y producción de espectáculos; los procesos materiales y simbólicos en torno al acontecimiento musical como hecho social, cultural y político, y las diferentes perspectivas para abordar el vínculo entre la ciudadanía y la música en vivo.
Los espectáculos suponen la participación de la ciudadanía. Congregan a las personas y las convoca a ser parte indispensable de un acontecimiento movilizador. En la actualidad, la espectacularización del acontecimiento cultural pensado como una mera experiencia estética de consumo, desmonta y priva de sentido a las búsquedas creativas y artísticas. La proliferación de la espectacularización de los acontecimientos culturales, y su industrialización, ha devenido en un saber-hacer, en un campo de conocimiento en el que la gestión y la producción se fundan en la generación de experiencias consumibles. Pero, al mismo tiempo, el espectáculo no deja de ser una dimensión económica en la que trabajan muchas personas y un medio para que la comunidad pueda acceder a un acontecimiento transformador. En este sentido, una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe poner a disposición aquellos saberes necesarios para la gestión y producción de conocimientos que amplíen las perspectivas sobre el espectáculo; incluir en su pedagogía la intención de recuperar el espectáculo como instancia de encuentro entre las personas en torno a la recepción musical; abordar el espectáculo como ámbito para el goce y derecho a la cultura, para la formación de público, la representación de la identidad local, la sustentabilidad y economía de la actividad musical, la accesibilidad y la inclusión, la diversidad y la pluriversalidad; educar en la gestión de espectáculos como espacios sociales, culturales y políticos, y asumirlos como herramienta de emancipación y transformación ciudadana.
MÚSICA, CIRCULACIÓN Y EXPORTACIÓN
Este rizoma propone el abordaje de la música desde la perspectiva de la circulación cultural interna y regional, el estudio de los territorios y circuitos, los saberes y conocimiento de la producción, el mercado, la comercialización y distribución de bienes y servicios musicales, la internacionalización y la exportación, y la música en vivo como acontecimiento que circula en la comunidad.
La cultura es circulación por definición. La circulación es la construcción de redes de oportunidad y valoración de todo proyecto cultural. En la actualidad, la importancia de la circulación interna, regional y nacional de los bienes y servicios culturales, en especial, de la música en vivo, es clave para el desarrollo social, político y económico de las expresiones artísticas locales, de los mercados internos y regionales, de la expansión nacional de la música independiente, y del derecho de la ciudadanía al acceso cultural. El intercambio musical entre los territorios es un medio para el crecimiento en múltiples direcciones. En este sentido, una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe producir conocimiento que dote de herramientas a las personas y propicie el desarrollo de la música en vivo como una unidad compleja; gestionar el acceso a la información sobre la circulación local, regional, nacional e internacional, los mercados musicales, la internacionalización y la exportación musical; construir redes colectivas, comunidad y conexiones de divulgación musical a través de acontecimientos en vivo; fomentar la comprensión por la dinámica de la circulación musical, sus dispositivos y posibilidades, sus alcances y potencialidades; y producir saberes que permitan la gestión y producción de la circulación musical como bien para el crecimiento de las propuestas artísticas, los ecosistemas musicales y la ciudadanía.
MÚSICA, COMUNICACIÓN Y RECEPCIÓN
Este rizoma propone el abordaje de la música desde las ciencias de la comunicación, el acceso a la información, el análisis de los mensajes y contenidos informativos, los medios de difusión, la recepción e interpretación, los saberes y conocimientos de las diferentes herramientas de comunicación, el periodismo, la publicidad, el marketing, las redes sociales, y el abordaje del conjunto semiótico que construye en la vida musical de la ciudadanía.
La cultura es una dimensión en la que confluyen la comunicación y la circulación de información en permanente relación con el público y la audiencia. En contextos de hipercomunicación, saturación, redes sociales y viralización, de información como mercancía y de post verdad, la relación entre comunicación y recepción es desmontada y privada de su sentido. En este contexto, recuperar su sentido en tanto medio para la integración y la diversidad cultural, para la difusión y acceso a la producción cultural, es clave para hacer de la comunicación la acción de divulgar la cultura como lo común. Es por ello que una educación para la potencia de los ecosistemas musicales debe incluir la comunicación y la recepción como campos de conocimiento sociomusical, propiciar la producción de saberes que fomenten la música como derecho ciudadano y no como un lujo, como una razón fundamental de las comunidades y no como un algoritmo artificial de los mercados; educar en la comunicación como una herramienta para la igualdad de oportunidades, para expandir los hábitos y prácticas culturales; e incorporar una pedagogía de la recepción musical para la formación de audiencias, construcción de públicos y, sobre todo, como derecho de la ciudadanía a una vida musical sin intervención massmediática.