Desde que se declaro el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el país, por decisión del Presidente Alberto Fernández, el 19 de marzo de 2020, y en relación a la pandemia de coronavirus, el uso de las redes sociales y las transmisiones en vivo se ha incrementado exageradamente. Este incremento en la utilización del teléfono y de las redes sociales para paliar el tiempo ocioso en el encierro hogareño significó, a su vez, la amplificación del impacto massmediatico que estos dispositivos ya tenían sobre la práctica cultural.

 

En este marco, miles de personas músicas de diferentes ciudades, con diferentes estilos, han utilizado esta herramienta para realizar transmisiones en vivo, conciertos acústicos y otras acciones de promoción para compartir su música con las personas. La música se ha tornado un bien indispensable para las personas durante la cuarentena, y las redes sociales parecen ser el nuevo auditorio.

 

Concretamente, la aplicación Instagram ha notado el aumento de las conexiones en Instagram Live, donde muchas personas músicas y trabajadoras de la actividad musical están muy activas durante las últimas semanas realizando festivales, microshows, conversatorios, etc. Sin embargo, pese a ser la herramienta más utilizada por el ecosistema musical, las transmisiones en Instagram Live tienen una característica muy clara: el contenido es libre para todas las usuarias de la red. Esto es, Instagram no ofrece la posibilidad de monetizar las transmisiones en vivo, no paga regalías ni derechos de autor, y por lo tanto, quienes más se benefician económicamente en este contexto de confinamiento y uso excesivo del teléfono y las redes sociales son las empresas de servicios de internet, de telefonía celular, y de app como instagram. Como consecuencia, también incrementa el poder de influencia social de artistas y canciones reconocidas (en muchos casos hegemónicas), quitándole posibilidades a las personas músicas locales que, como es sabio, son las más necesitadas financieramente al no contar con su principal medio de ingreso: tocar en vivo frente al público.

 

En este sentido, esta semana se conoció una propuesta sobre cómo Instagram podría hacer de los livestreams una acción y contenido rentable a nivel económico. La compañía afirmó que se encuentran estudiando algunas de las recomendaciones y aseguró que «hay un plan en marcha para apoyar a artistas y creadoras a través de Live». De acuerdo a estas palabras, la música nacional e independiente deberá estar atenta para evaluar como la plataforma protocolizará esta herramienta y si esta incluirá derechos de autor, mecanismos de compras, y cúal será el sistema de regalías. La pregunta que siempre da vueltas en torno a estas temáticas es cuál es el rol del Estado frente a estas formas de producción y circulación de bienes culturales de las que dependen miles de trabajadoras.

 

El nuevo formato de Instagram Live para la monetización del contenido implicaría las interacciones con los artistas a través cuentas verificadas (un requisito que hoy pareciera ser un filtro y deja fuera a quienes no cumplen con los estándares para la verificación de la cuenta), la venta de mercadería (sujeto a medios de pago, cuenta bancaria, y empresas del rubro) y los encuentros digitales en formato Meet & Greet. También un botón de acceso directo a compras permitiría mostrar los productos de merchandising a través del catálogo de Instagram. Los M&G online permitirían un 1-to-1 con el artista en privado después de la transmisión en directo en Instagram Live, y la grabación del encuentro podría ser enviada a la espectadora como recuerdo. También se plantea la creación de un sector VIP para las espectadoras del directo, teniendo así más visibilidad en sus comentarios durante la acción y otras opciones exclusivas. Y finalmente, la posibilidad de enviar apoyo monetizado a las artistas a través de emojis, sonidos o GIFs a lo largo de la retransmisión a un costo bajo. 

Fuente: Industria Musical