LAS SEPARADORAS

DIGITALES DE MÚSICA

En la era digital, la música ha experimentado una transformación radical en la forma en que se crea, distribuye y consume. Las agregadoras digitales de música han surgido como intermediarios clave entre artistas y oyentes, prometiendo una mayor visibilidad y acceso a un público global. Sin embargo, a medida que exploramos más a fondo este fenómeno, nos enfrentamos a un panorama complicado y controvertido. En este artículo, examinaremos las agregadoras digitales de música desde diferentes perspectivas y cuestionaremos si realmente benefician a las artistas o si su dominio ejerce una forma de explotación.

 

EL PODER DE LAS AGREGADORAS

Las agregadoras digitales de música se presentan como plataformas revolucionarias que democratizan la industria musical al brindar oportunidades de distribución a artistas independientes. A primera vista, esto parece ser una bendición, ya que permite a las personas músicas romper las barreras tradicionales y llegar a un público más amplio sin la necesidad de una discográfica. Sin embargo, la realidad es más compleja.

Marginalización económica: Aunque las agregadoras digitales pueden parecer una alternativa atractiva para las artistas emergentes, la compensación económica que reciben es mínima. A menudo, estas artistas se enfrentan a contratos injustos y acuerdos de regalías desfavorables. Las agregadoras digitales se benefician al obtener una parte significativa de los ingresos generados por la música, dejando a las artistas con una pequeña porción que rara vez es suficiente para sustentarse. Esto plantea serias interrogantes sobre la equidad y la justicia en la industria de la música digital.

1. La ilusión de la elección: Las agregadoras digitales de música nos han vendido la idea que tenemos un catálogo inmenso y diverso de canciones a nuestro alcance. Sin embargo, detrás de esta ilusión de elección se encuentra una realidad preocupante: el algoritmo. Estas plataformas utilizan algoritmos sofisticados para analizar nuestros gustos y recomendarnos música similar, creando una burbuja musical que limita nuestra exposición a nuevas propuestas. En lugar de ampliar nuestros horizontes musicales, nos atrapan en una rutina de canciones que se asemejan entre sí.

2. Concentración del poder y pérdida de diversidad: A pesar de la promesa de democratizar el acceso a la música, las agregadoras digitales han contribuido a una concentración del mercado en manos de unas pocas plataformas dominantes. Spotify, Apple Music y Amazon Music controlan la mayor parte del mercado, lo que significa que tienen un control significativo sobre qué música se promociona y se escucha. Esta concentración ha llevado a una disminución de la diversidad musical, ya que los algoritmos y las listas de reproducción curadas por estas plataformas tienden a favorecer a las artistas populares y a la música comercialmente exitosa.

3. Modelos de negocio injustos: A pesar de que las agregadoras digitales ofrecen una forma accesible para que las artistas independientes distribuyan su música, los modelos de negocio que emplean son cuestionables en términos de compensación justa. Estas plataformas pagan a las artistas una fracción de centavo por cada reproducción, lo que dificulta enormemente que las personas músicas generen ingresos suficientes para sustentarse. Además, los acuerdos de licencia y las regalías son opacos y complejos, dejando a las artistas en una posición de desventaja en las negociaciones.

4. Falta de transparencia y datos manipulados: Otra preocupación importante es la falta de transparencia en los algoritmos utilizados por las agregadoras digitales. Estos algoritmos determinan qué música se muestra a las personas usuarias y, en última instancia, influyen en los ingresos generados por las artistas. Sin embargo, las plataformas no comparten información detallada sobre cómo funcionan estos algoritmos, lo que lleva a especulaciones y sospechas sobre la manipulación de datos y la influencia de intereses comerciales en la promoción de ciertas artistas.

5. Dependencia excesiva y pérdida de control artístico: Aunque las agregadoras digitales ofrecen a las artistas independientes una oportunidad para llegar a un público más amplio, también los someten a una dependencia excesiva de estas plataformas. La falta de alternativas viables y la necesidad de adaptarse a las reglas y políticas de las agregadoras pueden resultar en una pérdida de control artístico y en la dilución de la visión creativa de las personas músicas. Además, los algoritmos y la promoción algorítmica a menudo favorecen la música con fórmulas predecibles en lugar de estimular la experimentación y la innovación musical.

En este contexto, resulta interesante postular la idea de contar con una agregadora digital nacional, pública y gratuita, que contenga todas las necesidades de las personas músicas independientes del país frente a la lógica del mercado.

OBV(IA)

La distribución digital es el sistema de distribución de contenido digital a través de Internet, lo cual abarca productos tales como software, televisión, películas, música y libros. Desde la década de 2000 se ha masificado debido a la propagación de la conexión a Internet de banda ancha. Existen dos sistemas de distribución digital: la descarga de archivos y el streaming, según si el archivo se descarga por completo antes de ser accedido, o si se descarga mientras el usuario lo utiliza.