Poner al servicio de la ciudadanía un esquema de dispositivos que fomenten la inclusión y accesibilidad, la pluriversalidad, la igualdad de géneros, la diversidad generacional y la pluralidad estética; que prioricen la educación como deconstrucción de la normalidad; que asuman la divulgación para la emancipación y la producción de conocimiento a partir de una ecología de saberes; que definan su práctica pedagógica como un hecho político; que se ordenen en el ecosistema musical como principio; y, sobre todo, que sean capaces de contener las disímiles realidades de las personas trabajadoras de la música y de la ciudadanía en general.

Contribuir a la emancipación, desarrollo y fortalecimiento de los ecosistemas musicales reconociendo su soberanía, su identidad y patrimonio, su impacto humano, comunitario y social, su aporte a la cultura y la educación, a la economía y al trabajo, a la sustentabilidad y desarrollo sostenible de los gobiernos locales.

Diseñar dispositivos político-educativos que propicien la gobernanza de la vida musical a partir de la paz y la solidaridad, la participación democrática, ciudadana y política, la construcción de acuerdos y la organización de las comunidades que integran los ecosistemas musicales. 

Fomentar la participación democrática, ciudadana, cívica y política para la gobernanza, proposición y construcción de acciones y programas en beneficio de la vida musical, así como el diseño de horizontes legislativos en beneficio de los ecosistemas musicales y la ciudadanía.

Diseñar e implementar la plataforma político-educativa a partir de una ecología de experiencias y saberes para la producción de conocimientos soberanos que circulen hacia el interior de las comunidades organizadas, se multipliquen y se expandan configurando nuevas condiciones para los ecosistemas musicales.

Construir sentido y símbolos arraigados en la identidad local, regional, provincial y nacional que propicien la participación de las personas trabajadoras de la música y de la ciudadanía como agentes comprometidas con su tiempo en la transformación sociomusical.

Extender los límites y ampliar el alcance de la música como medio para la vida y la libertad, para la transformación singular y colectiva, para la formación de ciudadanía, para su valía como práctica humana, comunitaria y social, para la cohabitación y la convivencia.

Construir y consolidar un movimiento político-educativo para la música y la ciudadanía que propicie una ecología de experiencias y saberes para la producción de conocimiento en articulación permanente con las instituciones, organizaciones, emprendimientos y gobiernos locales.

Articular con las comunidades organizadas a fin de unificar y desatomizar la gobernanza de la vida musical; propiciar mecanismos para el diálogo, el debate, la construcción de acuerdos y consensos, la práctica democrática y política en la disputa por un saber-hacer que propicie condiciones de posibilidad beneficiosas para los ecosistemas musicales locales.

Constituirse en una herramienta pública, accesible e inclusiva, para su implementación junto a otras organizaciones, instituciones públicas y privadas, gubernamentales y no gubernamentales, municipales, provinciales, nacionales e internacionales.